Gestión de la salud mental: 10 señales de que alguien tiene ansiedad
Todos nos sentimos ansiosos de vez en cuando, pero saber cuándo se ha convertido en un verdadero problema no es tan blanco o negro. Si siempre te has considerado una persona más bien "ansiosa", puede que haya llegado el momento de abordar esos sentimientos. Nadie debería vivir en un estado de preocupación constante. Hay muchos consejos y apoyo para ayudarte a sentirte de nuevo tú mismo.
Antes de poder diagnosticar la ansiedad, debemos saber cuáles son los síntomas y si son diferentes de las preocupaciones habituales que todos tenemos a diario.
Sensación de fatalidad inminente
Las personas con trastornos de ansiedad están constantemente en vilo. Tienen la sensación de que preocuparse por el futuro podría protegerles de lo que sea que acabe preocupándoles. A menudo, no hay una sola cosa que provoque la preocupación, sino que puede ser un miedo general a lo que está por venir, pero la preocupación puede desencadenarse por ciertos acontecimientos.
Pack esencial para eliminar la ansiedad
Si alguien ha sufrido un trauma en el pasado, por ejemplo un accidente o una enfermedad grave, puede hacer todo lo posible por evitar que eso vuelva a suceder. Puede ser el miedo a conducir tras un accidente o el miedo a enfermar tras experiencias desagradables en la infancia. Al pensar en exceso en una determinada situación, pueden sentir que pueden estar mejor preparados para evitar o afrontar el problema cuando, en realidad, se están atormentando con acontecimientos que quizá nunca ocurran.
Una persona con trastorno de ansiedad generalizada tendrá sentimientos intensos de fatalidad inminente1. A pesar de que no hay ninguna razón en particular para estos sentimientos, puede ser algo que lo consuma todo. Este miedo va acompañado de una desesperación por no perder el control. Como resultado, las personas tienden a evitar ciertas situaciones por miedo a enfrentarse a algo que pueda desencadenar un ataque de pánico.
Problemas digestivos
Hace tiempo que los estudios sugieren que existe una conexión entre el intestino y el cerebro. Cuando estamos ansiosos, sentimos náuseas. Esto suele estar causado por una sobreproducción de adrenalina, la hormona utilizada para poner en marcha nuestra respuesta de huida o lucha. Esta liberación acaba en el estómago, donde altera la digestión y provoca molestias gastrointestinales como náuseas, calambres estomacales y diarrea.
La ansiedad y el estrés también tienen la capacidad de manipular nuestras bacterias intestinales y provocar desequilibrios. En un estudio, se descubrió que los individuos sanos tenían menos lactobacilos (bacterias buenas) en su intestino durante los momentos de estrés en comparación con otras ocasiones en las que estaban menos estresados2. Los lactobacilos son un bicho común que se encuentra en la mayoría de los probióticos y sin ellos, las bacterias malas prosperan causando inflamación y malestar.
Temblores
La gente tiene temblores cuando está asustada, ¿por qué? La respuesta sencilla es que el cuerpo se está preparando para actuar en caso de amenaza. Experimentar estrés nos prepara para actuar, es un comportamiento ancestral heredado de nuestros antepasados que necesitaban sobrevivir a acontecimientos imprevisibles. La forma en que afrontamos un determinado estímulo depende de muchos factores, pero en el caso de las personas ansiosas, la reacción puede ser a menudo algo grave.
Al encontrarse con una situación estresante, el cuerpo aumenta su producción de adrenalina haciendo que el organismo se prepare para la acción. El ritmo cardíaco aumenta y los músculos se tensan, de ahí que el cuerpo tiemble. El cuerpo se pone en marcha tratando de prepararse para la situación en la que se encuentra. En el caso de las personas con ansiedad, esto puede desencadenarse por situaciones que normalmente no se temen, como las situaciones sociales o los espacios cerrados.
Palpitaciones del corazón
Los problemas cardiovasculares son más probables en las personas con ansiedad3. El estrés repetido puede pasar factura al corazón y causar problemas más adelante. Muchos problemas cardíacos presentan los mismos síntomas que los individuos ansiosos, como dolor en el pecho, sudoración y náuseas.
Pack esencial para eliminar la ansiedad
Si te quedas sin aliento o tu corazón se agita sin ninguna razón real, podría ser un signo de algo más serio, pero lo más probable es que se trate de ansiedad. Habla siempre con tu médico si tienes alguna preocupación.
Evitar situaciones
Las personas ansiosas tienden a evitar ciertas situaciones por miedo a que se desencadenen. Esto se convierte en un verdadero problema cuando las personas evitan situaciones cotidianas saludables, como las reuniones sociales y el trabajo, porque están demasiado ansiosas. Estas conductas de evitación no ayudan realmente a tratar la ansiedad, sino que simplemente le dicen al cuerpo que se sentirá mejor si evita el desencadenante por completo.
La terapia de exposición ayuda a tratar este problema exponiendo al individuo al desencadenante (como los espacios pequeños o la conducción) y proporcionándole técnicas para manejar la situación de modo que la tema menos con más exposición. Es un círculo vicioso, pero puede romperse con apoyo y práctica.
Mareos
Aunque los mareos podrían significar un millón de cosas más, también pueden ser un síntoma de ansiedad. Cuando estamos ansiosos, nuestra presión arterial aumenta. Un cambio repentino en la presión puede hacernos sentir mareados. Si experimentas mareos con regularidad, sería conveniente que hablaras con tu médico para descartar cualquier cosa siniestra.
Aumento de la respiración
Cuando el cuerpo está en modo de pánico, la respiración aumenta a medida que los músculos demandan más oxígeno en preparación para la acción. Cuando estamos ansiosos, nuestra respiración tiende a ser más superficial y podemos empezar a hiperventilar. Los ejercicios de respiración pueden ayudarnos a regular nuestra respiración y a reducir nuestro ritmo cardíaco.
Dificultad para conciliar el sueño
Es comprensible que la ansiedad se haya disparado durante la pandemia4. Los investigadores descubrieron que la ansiedad durante la pandemia afectó en gran medida a la calidad del sueño, especialmente en aquellos que tuvieron que autoaislarse5. Lo preocupante es que los trastornos del sueño son también un factor de riesgo de suicidio. La falta de sueño impide que el cuerpo y la mente funcionen bien. Los trastornos del sueño también eran elevados en las enfermeras italianas ansiosas mientras el país luchaba contra lo peor del COVID-19 en 2020.
Los altos niveles de ansiedad hacen que al cerebro le cueste desconectar. No sólo es difícil conciliar el sueño, sino que la calidad del mismo se ve alterada en todo momento. La falta de sueño provoca más cansancio y aún más ansiedad, lo que significa que las personas acaban atrapadas en un círculo vicioso de preocupación.
Sensación de irritabilidad
Al estar al límite, aparecen sentimientos de irritabilidad. Una persona ansiosa puede tolerar menos durante los momentos de estrés. Su mente está tan concentrada en protegerse del desencadenante que cualquier otra cosa se interpone. Las personas irritables son más propensas a estallar, sobre todo después de una mala noche de sueño. Si te sientes más irritable de lo habitual, puede que haya algo más.
Dificultad para concentrarse
La mente trabaja intensamente mientras se preocupa, por lo que no se da prioridad a otras tareas. ¿Alguna vez has entrado en una habitación y te has olvidado por completo de por qué has entrado? Eso podría ser un signo de una mente ansiosa. ¿Alguna vez has puesto la tetera en la nevera y has dejado la leche fuera? Otro ejemplo es que podrías estar preocupado sin saberlo. Tu cerebro sólo puede manejar un número determinado de tareas a la vez.
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