La ansiedad y cómo evitarla
El miedo suele ser una reacción saludable ante una situación amenazante. Sin embargo, también puede ser un síntoma de un trastorno mental o físico. Para algunas personas, la ansiedad es tan grave que limita su calidad de vida.
Lea aquí sobre cómo ayudar a una pareja, familiar o amigo que sufre ansiedad.
¿Qué es la ansiedad?
Formas de trastornos de ansiedad
El término trastorno de ansiedad hace referencia a un grupo de trastornos mentales en los que los síntomas de ansiedad se producen sin una amenaza externa. Estos síntomas de ansiedad pueden ser físicos (corazón acelerado, sudoración, etc.) y psicológicos (pensamientos catastróficos, conductas de evitación como negarse a salir por la puerta, etc.). Un trastorno de ansiedad puede manifestarse de diferentes formas:
Básicamente, es una reacción normal ante situaciones amenazantes. La ansiedad es patológica cuando se presenta sin una causa específica, se convierte en un acompañante frecuente/permanente y deteriora la calidad de vida.
Formas de ansiedad patológica:
trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico, trastorno obsesivo-compulsivo, fobias (como claustrofobia, aracnofobia, fobia social), trastorno de estrés postraumático, neurosis cardíaca, hipocondría, ansiedad en la esquizofrenia y depresión.
Causas de la ansiedad:
Existen varias teorías sobre el desarrollo de la ansiedad patológica o los trastornos de ansiedad:
Los enfoques psicoanalíticos parten de la base de que los trastornos de ansiedad se producen en personas que no han aprendido a manejar la ansiedad normal. En situaciones de conflicto, se ven desbordados, lo que provoca sentimientos de ansiedad incontrolables e infantiles.
Los enfoques de la terapia conductual, en cambio, consideran que los miedos son aprendidos. Un ejemplo es el miedo a volar. Puede desarrollarse cuando la persona afectada ha experimentado una situación amenazante (por ejemplo, fuertes turbulencias) a bordo. En consecuencia, los miedos pueden desarrollarse a través de la mera observación, por ejemplo, cuando un niño experimenta que su madre tiene miedo de una araña.
Los enfoques neurobiológicos, por su parte, parten de la base de que el sistema nervioso autónomo de los pacientes con ansiedad es más inestable que el de las personas sanas y, por tanto, reacciona de forma especialmente rápida y violenta ante los estímulos.
Diversos enfoques explicativos (psicoanalítico, terapia conductual y neurobiológico). Los factores que desencadenan la ansiedad son el estrés, los traumas, el consumo de alcohol y drogas, ciertos medicamentos, la disfunción tiroidea y las enfermedades cardíacas y cerebrales.
Los síntomas:
Palpitaciones, aceleración del pulso, sudoración, temblores, dificultad para respirar, mareos. En casos graves, dolor en el pecho, vómitos, diarrea, sensación de ansiedad, alteración de la conciencia, sensación de estar fuera de sí o de perder la cabeza, miedo a la muerte en los ataques de pánico, dolor en la ansiedad general.
En casos de gran ansiedad, también pueden producirse dolores en el pecho, vómitos, diarrea, sensación de ansiedad e incluso pérdida de conocimiento. Los afectados tienen la sensación de estar fuera de sí o de perder la cabeza. Durante los ataques de pánico, los afectados suelen tener miedo a la muerte. Por otro lado, la ansiedad generalizada suele estar asociada al dolor.
¿Qué es normal y qué es patológico?
El grado de ansiedad de una persona depende de varios factores. La disposición desempeña un papel importante. Pero las experiencias, especialmente las de la primera infancia, también configuran la disposición a tener miedo. Por lo tanto, es completamente normal que algunas personas sean más tímidas, se preocupen más rápidamente y sean más precavidas que otras.
Hablamos de ansiedad patológica cuando el miedo se produce sin un motivo concreto o incluso se convierte en un compañero constante. Entonces puede restringir considerablemente la calidad de vida de la persona afectada. Estos temores no son una reacción normal a una amenaza concreta, sino un cuadro clínico independiente que debe ser tratado psicoterapéuticamente.